[POV Cris]
A decir verdad,
mucha hambre no tenía, pero por no hacer el feo me decanté únicamente por unas
patatas fritas y un refresco, al igual que Nat.
Liam fue el
encargado de esperar la cola y de pedir la comida, así que nosotros nos
sentamos a esperarle en la mesa que Nat había elegido.
Ella y yo nos
sentamos juntas en el sitio donde apenas el sol incidía en la mesa mientras que
ellos se sentaban en frente de nosotras, a resguardo de cualquier peligro que
para ellos suponía el sol. Como delante nuestra no había sitio para todos, Zayn
se sentó al lado de Nat y Louis acercó su silla a la mía, dejando para su amigo
Liam, cuando este se dignara a volver, un sitio libre de rayos solares. El
gesto me conmovió.
Crucé los brazos
sobre el pecho y me acurruqué al lado de mi hermana. Hace unas horas estaba en
el entierro del abuelo y ahora estaba en un restaurante de comida rápida con
vampiros. ¡La vida te da sorpresas, oh, sí!
Los chicos se
pusieron a hablar entre ellos y yo quise preguntarle a Nat qué demonios
hacíamos aquí con esta gente, que por muy amables que parecieran podrían
despedazarnos en cuestión de segundos si querían o algo peor. No quería ni
pensarlo.
-Eh, Nat…-le
susurré.-¿Qué hacemos aquí?
-Chsst-me dijo
ella-Recuerda que pueden oírnos.
Ah, se me había
olvidado que tenían un oído muy superior al nuestro. No podríamos hablar
seguras hasta no estar en casa, si es que llegábamos con vida.
Ambas
intercambiamos una mirada y yo asentí, diciéndola que la había entendido.
Sentí entonces
unos ojos que me taladraban y busqué quién me miraba así. Al encontrarse mis
ojos con los de Harry, que me miraba fijamente y con una expresión que no supe
descifrar, un escalofrío involuntario me recorrió entera. Algo ahí no iba bien.
Niall se dio
cuenta del contacto visual que Harry y yo manteníamos y le dio un codazo a este
último.
-Eh, es posible
que Liam necesite ayuda con las bandejas.
Entonces, Harry
dejó de mirarme y yo suspiré, como si me hubieran quitado un enorme peso de
encima.
-¿Y qué? Ve tú o
que vayan alguno de los otros dos-dijo, apuntando con la barbilla a sus amigos.
-No, ve tú.
Los dos se
miraron un momento a los ojos y después Harry se levantó.
-Vale, ya voy
yo.-dijo secamente.
Me alegré
interiormente de que ya no se encontrara en la mesa, ya que había algo en él
que no me gustaba. Y no eran precisamente los rizos.
-Bueno-dijo
Louis, poniendo las manos en la mesa-¿Y qué nos contáis?
Nat y yo nos
miramos, confundidas. ¿Acaso esperaba que le rebeláramos a una horda de
vampiros algún dato relevante de nuestra vida? No, gracias.
-¿Y qué nos
cuentas tú?-le respondió Nat, que había llegado a la misma conclusión que yo y
contraatacó con la única manera inteligente posible, otra pregunta.
Louis miró a
Zayn y a Niall y sonrió.
-Oh, vamos-dijo
Zayn, con una nota de fastidio en la voz-No pensaréis que queremos haceros
daño.
-No sabría yo
qué decirte-dijo Nat, mirando a Niall.
-Eh, ya te dije
antes que lo sentía y que no quise hacerlo. Me descontrolé, ¿vale?
-Oh, claro,
pobre neófito descontrolado.-dijo sarcásticamente.
Yo miré a Louis
y a Zayn en busca de ayuda, porque me veía otra pelea como la que había
ocurrido en casa del abuelo, y en ella, casi acabo sin hermana.
-Eh…-dije
yo-Pues nos gusta la música, los días soleados, molestar a nuestro hermano y,
sobre todo, los vampiros.
Los tres chicos
se echaron a reír. Bueno, al menos había conseguido mi propósito, que era
relajar el ambiente y evitar que mi hermana acabara con otro agujero en la
cabeza cuya procedencia luego no podría explicar a nuestros padres.
-Así que…Os
gustan los vampiros, ¿no?-preguntó Zayn.
-Sí-respondí,
mirando hacia el suelo.
-Normal, siendo
nietas de quien sois…
-¿Qué quieres
decir con eso, Niall?-le preguntó Nat.-¿De qué conocías al abuelo?
Este sonrió, se
encogió de hombros y se recostó en la silla.
-Era vuestro
abuelo, vosotras sabréis.
-Oye mira Niall,
yo no sé si eres tonto o…
-Tss, Nat,
relájate-la dije.
No quería que
terminara herida otra vez.
Por una vez, me
alegré de ver a Harry, que traía, ayudando a Liam, una bandeja.
-¡Comida!-dijo
Louis, lanzándose a quitarle la bandeja a Harry, quién le bufó.
-Tú bufa lo que
quieras, minino, pero yo tengo hambre-dijo, quitándole la bandeja y sentándose
de nuevo-Toma-dijo, dándome la parte que me correspondía-Esto es tuyo.
-Gracias.
Cuando empezamos
a comer, fue raro.
Liam, Niall y
Harry nos miraban fijamente a los cuatro, con los brazos cruzados y sin mediar
palabra.
Niall miraba con
pena cada patata que nos llevábamos a la boca y deduje que, en el pasado,
cuando podía comer, había sido un pozo sin fondo. ¿Lo seguiría siendo ahora,
que su dieta había cambiado?
Harry, por su
parte, me miraba fijamente. Su mirada me cohibía y no sabía dónde meterme, así
que miraba las patatas que me comía, sintiéndome como una de ellas, sin saber
muy bien por qué.
Finalmente, la
curiosidad me pudo y pregunté.
-¿Cuánto tiempo
lleváis siendo… lo que sois?
Todos me miraron
e, incluso Nat y Zayn, que había comenzado una conversación, se giraron para
mirarme.
-Tiempo-dijo
Harry, después de unos segundos en silencio.
-¿Puedes ser más
explícito?-le pedí, con voz insegura.
-Puedo.
Y ahí se quedó
la cosa.
Decidí
intentarlo con otra pregunta.
-Y…¿por qué
vosotros sí… y ellos no?-dije, mirando a Louis y Zayn.
-¿Y cómo estás
tan preguntona?-me preguntó Niall.
-Eh, ya vale
Niall.-le dijo Liam, reprochándole-Es normal que quieran saber.
-Contra menos
sepan, mejor será para ellas.
Fruncí el ceño.
No me gustaba
que eligieran lo que era bueno para mí o lo que no lo era.
-Aquí estamos
perdiendo el tiempo, Cris-dijo Nat-Vámonos.
-Sí.
E hicimos ademán
de levantarnos.
Rápidos ellos se
levantaron también y nos intentaron hacer sentar de nuevo.
-Eh, no venga,
Niall estaba de broma.
-Sí, os
contaremos lo que sepamos y esté dentro de nuestras posibilidades.
-¿De
verdad?-preguntamos las dos, sin creérnoslo mucho.
-Claro, pero no
os vayáis.
Aprovechando el
ruido de las sillas al desplazarse para sentarnos, Nat y yo intercambiamos unas
rápidas palabras.
-Podría ser una
trampa.
-Lo sé-le dije.
Nos sentamos
todos y volvimos a un estado de calma muy parecido al de antes cuando estábamos
comiendo.
Nat y yo les
miramos fijamente, ahora era nuestro turno.
-Hablad.-les
ordenamos.
Ellos miraron a
su alrededor.
-Como supongo
que comprenderéis, este no es el lugar para ponernos a hablar de… eso.-dijo
Niall.
-¿Y entonces
dónde?-le preguntó Nat.
-A la cueva no
podemos volver-dijo Zayn, dejando de mirarnos y volviéndose hacia sus
amigos-Con lo que llovido hoy, estará toda inundada.
-Y además, se me
clavaron las estalagmitas en la espalda, ¡qué dolor!-dijo Louis.
Nat y yo nos
miramos.
-¿Qué han estado
en una cueva?-pregunté.
-Eso parece.
-¡Pues ya me
dirás adónde vamos entonces!-dijo Harry-Ese sitio era perfecto.
-¿En el bosque,
quizás?-sugirió Liam.
-No-declinó
Niall-A poco que nos busque ahí, nos encontrará.
-Tienes razón.
El bosque queda descartado.-dijo Zayn.
-¿Alguien los
está buscando?-me susurró Nat.
Ambas
escuchábamos muy interesadas la conversación de los chicos.
-Parece que sí,
pero… ¿quién y para qué?-la respondí.
Nos encogimos
las dos de hombros.
-Y entonces…
¿dónde?-preguntó Louis.
-¿Y si les
decimos que se queden en casa del abuelo?-sugerí.
Nat se lo pensó.
-Sí, así al
menos, podríamos saber dónde están y, si queremos, podemos encerrarlos, en el
peor de los casos.
Asentí.
-Piensas igual
que yo, hermanita. ¿Se lo dices tú o yo?
Yo sabía que
ella no se cortaba un pelo, al contrario que yo.
-Venga,
yo.-dijo-Eh, chicos-Ellos dejaron de discutir la sugerencia de Zayn de irse al
Polo Norte y la prestaron atención-Hemos escuchado que estáis buscando un sitio
donde quedaros, bueno, pues si queréis, podéis instalaros en la casa del
abuelo.
Se quedaron
mirando unos minutos a Nat sin decir nada, me miraron a mí que asentí y después
se pusieron a hablar entre ellos.
-Podría servir…Y
no tenemos un lugar mejor.
-Y así podríamos
buscarlo.
-No me parece
mal.
-¡Y no tiene
estalagmitas que se me claven en la espalda!
Después de una
larga deliberación de tres minutos, Niall nos dio su veredicto.
-Aceptamos su
oferta. Sois muy amables, después de todo lo que ha pasado…Bueno… ya me
entendéis.
Nosotras nos
encogimos de hombros.
-Después de
todo, nos debéis unas respuestas-dije.
-Sí, a ver si os
pensabais que os ibais a librar.
Esperamos en el
restaurante hasta que el sol se ocultó y volvimos a casa del abuelo. Nos llevó
un rato bastante largo volver a la casa, en parte porque como antes había dicho
estaba alejada de la civilización en la linde del bosque y porque con los
tacones retrasaba al grupo.
-¡Más rápido!-me
apremiaban.
-¡No puedo!-me
quejaba, verdaderamente frustrada por no poder ir a su ritmo.-¡Ir vosotros y ya
llegaré yo un día de estos!
Louis retrocedió
y se puso a mi altura.
-Quítate los
zapatos.
-¿Y voy descalza
o qué?-protesté.
-No, yo te
llevaré.
-¿Qué? ¿No sería
mejor que…me llevaran ellos?-dije, señalando a los tres vampiros que tenía por
amigos.
Después de todo,
aunque Louis estaba fuerte, ellos lo eran bastante más.
Louis rió.
-Si hombre y que
se lleven ellos la gloria. Uno ya se cansa de que ellos hagan todo. Vamos-dijo,
dándome la espalda-Sube.
Obediente de mí,
me quité los zapatos y los metí como buenamente pude en el bolso, di gracias
por haberlo cogido al final.
-¿Estás seguro
de esto? ¿No te dolía la espalda por no sé que de unas estalagmitas?
Louis rió.
-Sí, venga. Sin
problemas.
Haciéndole caso,
me subí a su espalda, le agarré la cintura con las piernas y le pasé los brazos
por el cuello.
-Pues allá
vamos-dijo.
Llegó hasta
donde estaban los demás.
-Venga, ya
podemos continuar.
Una vez que
solucionamos mi problema, fuimos bastante más rápido. Vaya, yo no sabía que era
tan lenta.
Notaba los ojos
de Harry posados en mí, pero yo iba hablando con Nat y le ignoraba.
Cuando llegamos
a la casa del abuelo, Nat abrió la puerta que misteriosamente nos habíamos
olvidado de cerrar cuando salimos pitando en la ambulancia y entramos.
Louis me dejó
caer en el sillón.
-Gracias por
llevarme.-le dije, aunque sabía que no lo había hecho por mí, sino por el
retraso que yo suponía para sus amigos.
-No tiene
importancia-dijo, sonriendo.
-¡Bueno!-dijo
Niall, dando una palmada y mirando a su alrededor-Pues parece que este va a ser
nuestro nuevo hogar. Al menos, durante unos días.
-¿Por qué?-le
preguntó Nat.
Su tono de voz
volvía a ser el de siempre, así que supuse que, por el momento, no habría más
peleas.
Los chicos se
miraron.
-Mirad…Queremos
contaros cosas, de verdad-dijo Liam-Pero Niall antes tenía razón. Hay cosas
que, contra menos sepáis, mejor para vosotras. Es por vuestro propio bien.
-Pero…
-Bueno, puede
que ahora no se lo contemos…pero, ¿y dentro de un tiempo? A lo mejor, cuando él
se canse… Ya no corramos peligro-dijo Louis.
Ellos lo
pensaron.
-A mí me parece
bien-dijo Harry.
Nat y yo nos
miramos.
Desde luego,
enterarse dentro de un tiempo era mejor que no enterarse nunca.
-Vale, está
bien.
-Sí.
Nos quedamos
hasta que los chicos se familiarizaron con la casa. Bueno, especialmente Louis
y Zayn, a los cuales les enseñamos dónde estaba el baño y las habitaciones. Les
recomendamos la que usábamos Nat y yo cuando éramos crías y nos quedábamos con
el abuelo cuando nuestros padres se ausentaban por largos períodos de tiempo.
La habitación tenía dos camas bajas y millones de dibujos nuestros de
“vampiros”, pegados a las paredes.
-Creo que esta
os servirá a vosotros dos-dije-Como los demás no necesitan…
-Sí, ya te
entiendo-dijo Louis.
Nos despedimos
pues, en la puerta.
Les pedimos que
cuidaran de la casa y no hicieran el cabra en ella.
Nos prometieron
que serían buenos.
-¿No queréis que
os acompañemos a casa?-sugirió Zayn.
-Eso, ¿no
necesitas que te lleve de nuevo?-me preguntó Louis.
-Oh, no. No os
preocupéis, de verdad.-dije yo.
-Hemos hecho
este camino millones de veces, tanto por la mañana como por la noche-dijo
Nat-Ya es como uno de los pasillos de nuestra casa.
-Bien, entonces.
Nos despedimos
de ellos y Nat y yo nos fuimos.
Camino a casa,
fuimos comentando lo raro que había sido el día.
-Se los cuentas
a los demás y no se lo creen-dije, refiriéndome a nuestros amigos.
-No me lo creo
ni yo y eso que lo he vivido.
-Sí…¿Qué tal tu
cabeza?
-Bien, ¿y tú
esternón?
-Bueno… Mejor,
aunque aún me duele un poco al respirar. Quizá se me quede dolorido un par de
días.
-Hum.
Al llegar a
casa, ya teníamos una perfecta coartada.
-¿Y cómo decís
que se hizo eso Nat en la cabeza?
-Ya te lo hemos
dicho, papá. Estábamos andando por el bosque, tropecé con una raíz que
sobresalía del suelo y, al caer, me di en la cabeza con una piedra. Fue un
accidente.-le dijo esta.
-Y, después de
eso, os vais a comer por ahí.
-Sí,
necesitábamos tiempo para nosotras.
Papá se encogió
de hombros.
-Está bien.
Subimos a
nuestro cuarto y, al pasar por la puerta del cuarto de Drew, la puerta se abrió
y apareció Drew por ella.
-¡Eh! Ya os daba
por perdidas.
-Pues ya ves que
no.
-Mala suerte-le
dije yo.
-Pues sí…¡Eh!
Oleís…Raro.
-¿Cómo de raro?
-Como a… No sé,
raro. No oléis como siempre. ¿Dónde habéis estado?
-Pues en el
mismo sitio que tú, Drew. De ahí, no podemos salir oliendo bien.
-Ah, sí. Puede
ser-dijo Drew, dándome la razón.
Después, se
cerró la puerta.
Entramos en
nuestra habitación y me dejé caer sobre la cama.
-Uff. Que día,
el nuestro-dije.
-Ya ves.
Una vez que nos
hubimos puesto los pijamas, nos pusimos a hablar en la cama.
-Bueno…¿qué
opinas sobre ellos?-le pregunté a mi hermana.
-Quitando al
rubio… Al cual, no quiero volver a ver en mi vida, los demás parecen… No sé.
-¿Qué? ¿Por qué?
Ella se encogió
de hombros y se señaló la cabeza.
-¿Te parece esto
razón suficiente?
-Bueno, sí,
pero… Se descontroló. Es un neófito. Por eso pregunté cuánto tiempo llevan
transformados, pero no lo dijeron.
-Ahí está, si se
descontroló hoy, ¿por qué no mañana? ¿Y si mañana me mata de verdad?
-No dejaremos
que eso ocurra.
Ello cerró los
ojos y negó con la cabeza.
-Bueno, da
igual, ¿y tú? ¿Qué opinas de ellos?
-Bueno, yo…
Niall ni me va ni me viene, Liam es majo a su manera, al igual que Zayn y Louis
me cae bastante bien.
-Eso es porque
te ha llevado a caballito, ¿eh, eh?-dijo ella, sonriéndome y dándome con el
codo.
Yo reí.
-Ay, para, haha…
Pero Harry… No sé, tiene algo que no me gusta.
-A mí tampoco.
Cuando entramos por primera vez en casa del abuelo, te miró como si… Si fueras
comida.
-Bueno, a sus
ojos, soy comida, ¿no? Y no paró de mirarse así durante todo el rato que
estuvimos en el restaurante. Incluso cuando Louis me llevaba, sentí su mirada
clavada en mí.
Ambas
intercambiamos una mirada.
-¿No
pensarás…?-comenzó ella.
-¿…qué quiere
comerme?-terminé yo.
-Vale, tenemos
suficientes razones para no querer acercarnos nunca más a esos tipos. Un bestia
y un glotón.
-Pero, ¿qué pasa
con Louis y Zayn? Ellos no quieren agredirnos ni comernos. Si estamos con
ellos, quizá los dos se controlen. Y además, tenemos a Liam. Si las cosas se
ponen feas, creo que a él no le gustaría que saliéramos heridas…¿No?
-No sé,
Cris.-Nat se llevó una mano a la cabeza-Ah, me va a estallar. Demasiadas cosas
hoy. Durmamos y mañana veremos qué hacemos.
-Vale, está
bien.
A la mañana
siguiente, decidimos que volveríamos a verlos. En parte para llevarle algo de
desayuno a Zayn y a Louis y en parte porque aún teníamos preguntas sin
respuesta.
Mientras yo
distraía a mamá, Nat aprovechó para meter algo de comer en una mochila y
después nos inventamos la excusa de que nos íbamos a dar una vuelta por el
bosque. Nadie sospechó de nosotras, ya que era algo que solíamos hacer con
bastante frecuencia. Aunque después comíamos en casa del abuelo, hoy no
podríamos hacer eso, pero nos dirigimos hacia allí de todas maneras.
Al salir a la
calle, me di cuenta de que era un día bastante soleado.
Oh,oh. Sabía de
tres personas que hoy no podrían salir a la calle.
Tocamos a la
puerta para que no se sobresaltaran al oírnos entrar de repente, aunque
seguramente ya supieran que estábamos allí porque veníamos hablando y nos
habrían oído.
-¡Somos
nosotras!-exclamamos, al entrar.
-¡Hola!-dijo
Zayn, apareciendo por ahí.-¿Cómo vosotras por aquí?
Por toda
respuesta, Nat le pasó la mochila y él la abrió.
-Traemos
provisiones-dijo.
-¡Oh, muchas
gracias! Vamos, pero no os quedéis aquí, pasar.
Pasamos al
salón, donde estaban Niall y Liam, tumbados cada uno en un sillón, mirando la
tele del abuelo y en una esquina, al lado de una ventana con la persiana
bajada, Harry.
-Buenos
días-dijimos, a modo de saludo.
-¡Hola!
-¡Eh, Louis!
¡Mira lo que nos han traído!-dijo Zayn, que fue en busca de Louis.
Momentos después
escuchamos una exclamación, seguida de un grito ahogado y los dos aparecieron
abrazando la mochila.
-¡Muchas
gracias!
-Ya ves tú-dije
yo, moviendo una mano, quitándole importancia.
Mientras Louis y
Zayn desayunaban en la cocina, Nat y yo nos sentamos en el sillón que había
estado ocupando Liam pero que nos dejó y este se tiró encima de Niall.
Harry no se
movió de su esquinita.
Nos cansamos del
silencio, roto únicamente por la tele del abuelo.
-Bueno, ¿qué os
pasa?-preguntó Nat.
-No podemos
salir.-le dijo Liam.
-¿Y?
-Tenemos hambre.
-Oh, vaya.
-Y… ¿qué tal lo
lleváis?-pregunté.
-Como podemos-me
respondió Niall.
-Queréis…¿queréis
que nos vayamos?
Liam y Niall se
miraron y se echaron a reír.
-Oh, no, claro
que no.
-No vamos a
haceros nada.
-No sería la
primera vez que no comemos en un día.
-Sí,
resistiremos. Como podamos.
Louis y Zayn
hicieron entonces una aparición.
-Ahí dentro hay
comida para un regimiento.-observó uno de los dos.
-¡Ah! Parte de
esa comida es para vosotros y otro parte es para comer. Nos olvidamos de decir
que nos quedamos a comer.-dijo Nat.
-¡Ah,
fantástico!-dijo Louis, dando una palmada-Echaba de menos alguna relación
social que no incluyera a alguna de estas cuatro personas.
Conforme
avanzaba la mañana y, con ella, la tarde, los tres vampiros se ponían más
nerviosos. Liam era el que mejor lo llevaba, pero Niall avanzaba de un lado
para otro de la casa, bufando a todo lo que se le acercaba y Harry me miraba
más fijamente que nunca.
Nat se dio
cuenta de esto último y sugirió que quizá debiéramos irnos.
-No porque
temamos por nosotras, si no porque hagan algo de lo que luego se arrepientan.-dijo.
A Zayn y a Louis
les pareció bien y resolvimos que nos veríamos a la mañana siguiente y les
traeríamos algo más de desayunar.
-Es que me han
gustado esas magdalenas-dijo Louis, encogiéndose de hombros.
Nos levantamos
del sillón para irnos cuando tanto Liam como Niall y Harry bufaron y se
pusieron en posición de ataque. Sabía que era esa posición porque era igual a
la de las ilustraciones de varios libros que había leído y porque era
exactamente igual a la que el abuelo describía.
-Pero, ¿qué…?-dije.
Entonces, la
puerta se abrió.
Pero, ¿cómo
podía ser? ¿Quién más tenía la llave?
Se me cayó el
alma a los pies cuando vi aparecer al cura.
-¿Qué?-dijo
este, con voz de sorpresa.
En ese momento,
oí el gruñido más terrorífico que había oído en la vida y se me pusieron todos
los pelos de punta.
Parpadeé y
Harry, Niall y Liam se tiraron sobre el cura.
-¡No!-exclamamos
Nat y yo, haciéndonos una idea de lo que podía pasar.
Hicimos ademán
de avanzar hacia ellos y detenerlos antes de que le hicieran daño, pero tanto
Zayn como Louis nos sujetaron.
-No miréis-nos
aconsejaron.
Pero, ¿cómo no
mirar cuándo oía esos gritos y esos golpes? Me libré de la mano de Louis que me
tapaba los ojos y eché un vistazo.
El cura había
sacado un crucifijo, que extendía ante los tres. Rebuscó en su bata y sacó una
botellita llena de, lo que supuse sería agua bendita y la abrió con los
dientes.
-In nomine
pater!-exclamó en latín, mientras echaba un chorro de esa agua hacia Niall, que
lo esquivó y le propinó al cura un golpe en el brazo, haciendo que se le cayera
la cruz.
Este, sin
mostrarse asustado, recogió del suelo la estaca que antes Nat había tenido
sujeta, pero Harry se lanzó contra él y ambos rodaron por el suelo. El cura
gritó y pataleó y Niall y Liam se tiraron también sobre él. Al rato, dejó de
patalear y, finalmente, de chillar. No volvió a levantarse del suelo.
La batalla había
acabado y el cura había perdido.
Al sentir que
aquello había finalizado, Louis y Zayn aflojaron un poco el agarre al que nos
tenían sometidas, pero no terminaron de soltarnos.
Yo aún tenía
aferrada la mano de Louis que me había quitado de los ojos y, de la presión que
le estaba ejerciendo, se le estaba poniendo blanca.
Entonces, los
tres chicos se levantaron del cuerpo sin vida del cura.
Nadie hacía
ningún sonido.
Miré hacia el
cura y ahogué un grito al verlo, totalmente cubierto de sangre.
Al escucharme,
los tres chicos se dieron la vuelta y se nos quedaron mirando a Nat y a mí
fijamente. De nosotras, pasaron a Louis y a Zayn.
Harry ladeó la
cabeza y entonces se relamió.
Entonces le vi
los colmillos.
Grandes, largos,
puntiagudos, afilados y ahora, manchados de la sangre del cura.
Y los tres
avanzaron un paso.
Louis me puso
tras su espalda, igual que Zayn hizo con mi hermana.
-Eh, eh. Chicos,
somos nosotros.-dijo Louis, intentando que los tres entraran en razón.
-Eh, vamos.
Somos nosotros, chicos.
Nat y yo
gritamos a la vez cuando vimos que tanto Niall como Harry se abalanzaban contra
Louis y Zayn y al ver que Liam se dirigía de un salto hacia nosotras.
Era el fin.
Amén.
¡Bueno, querid@s lectores de esta vampírica novela! Os habla @Cris_Jbieber, quien ha escrito este capítulo. Espero, de todo corazón que os guste y siento la tardanza en subir. El próximo capítulo vendrá de la mano de Nat. Besitos a todos.