Parpadeé rápidamente y al abrir los ojos ya estaban a escasos metros de nosotras sin parecer cansados ni agitados, una de las tres personas miraba a Cris con la cabeza torcida y como si fuese comestible.
-Eh, rizitos, aléjate de ella.-dije acompañándolo de un empujón que no hizo que se desplazase ni un milímetro pese a que utilizase bastante fuerza.
Todos se rieron, lo que me enfadó bastante ¿Qué se habían creído? Al fin y al cabo eran ellos los que sobraban allí.
El rubio abrió la boca para hablar pero cogí de la mano a Cris y me adentré en el salón del abuelo y me dejé caer en el sofá de cuero negro, en el que si en verano te descuidabas quedabas pegado, con aires de superioridad. Los chicos se miraron entre ellos y se dirigieron a los sillones que se encontraban en frente nuestra.
Pasaron unos 2 minutos hasta que de nuevo, el rubio intento hablar sin que lo cortase.
-¿Quiénes sois?
Le miré con cara de mal gusto debido a que eran ellos los que deberían decirnos quién eran.
-Pues mira, yo soy Cr...-le corté dándole un codazo.
-Creo que deberías decirnos quién eres tú ¿no crees? esta casa pertenecía a nuestro abuelo y que yo sepa no eres ni de la familia ni conocido.
-¿Con que eres la nieta de ese viejo loco, eh?- Asimilo muy astuto el restante, que hasta el momento se había quedado apartado.
Me di cuenta de lo que había dicho y me llevé una mano a la frente en señal de que no debería haber contado que el dueño... quiero decir, el ex-dueño de esta casa era nuestro abuelo, pero cambié en un segundo la expresión al ver que todos me miraban para ver lo que decía al respecto.
-Muy ágil, bonito.-Añadió Cris, lo cuál me sorprendió bastante.
El que parecía haberse pasado toda la noche con los rulos puestos en la cabeza empezó a merodear por la sala buscando algo, algo que yo desconocía y Cris parecía que también por la expresión que se dibujaba en su cara. Me levanté yo también porque no soportaba ver a un desconocido toqueteando las cosas de mi abuelo, en ese momento sonó el móvil de éste.
-¿Sí? Ah, hola tío. Claro. No, nada. Sí, supongo. Vale, venga, adiós.
-¿Qué ocurre?-preguntó el chico reservado.
-Liam, nos tenemos que ir, que se quede aquí Niall para averiguar algo y cuidar a estas dos.
-¿Cuidarnos? Ya somos mayorcitas- Dijo Cris alzando la voz.
Los tres le miraron de arriba abajo y dejaron escapar una carcajada pero hicieron un gesto quitándole importancia y siguieron hablando entre ellos, al poco tiempo se oyó un portazo y apareció por la puerta el chico rubio poniendo los ojos en blanco.
-¿Y vuestro abuelo era un buen tipo?-Dijo, rompiendo el hielo.
-¿Y quién eres tú para hablar sobre mi abuelo?- Dije yo, intentando imitarle.
-¡Oh! Yo Niall.
Cris, encantada de hacer un nuevo amigo le estrechó la mano diciéndole también su nombre, yo puse un gesto poco amigable y opté por no decirle mi nombre, no quería que supiese ni mis iniciales.
-¿Tú no me vas a decir tu nombre?
-¿A ti? No me hagas reír.
Se puso en pié y empezó a mirar los objetos minuciosamente colocados de mi abuelo, eso me enfadó bastante e hizo que apretase las manos aguantando no gritarle o agredirle, yo me puse de pié también para quitarle de las manos unas pequeñas canicas de oro y plata, según el abuelo eran los tesoros de diferentes tribus de Kawashees, unas criaturas muy parecidas a los elfos pero que se enfadan con facilidad, por eso a mí me solía llamar de esa manera cuándo era más pequeña.
Cada cosa que cogía el tal Niall yo se lo quitaba y lo volvía a colocar tal y como estaba cada vez con peor cara. En ese momento agarró un pequeño colmillo que guardaba en una urna de cristal, el viejo decía que era del antiguo Drácula, uno de los pocos vampiros que existieron y el primero, eso hizo que algo parecido a una llamarada me recorriese desde la uña del pie gordo del pie hasta el último pelo.
-¡Pero tú…!¿Qué te has creído?
-Me he creído mejor que tú.
-Esto ya es lo que me faltaba, vamos.
Cris se percató de que esto podía ir a peor e intentó separarnos y tranquilizarnos sin éxito, Niall le empujó con una mano al sofá dándole en el esternón, a Cris parecía dolerle.
-Puedes sacar tu culo de esta casa o te echo yo a patadas.
-Atrévete, preciosa.
-No me pongas a prueba y como me vuelvas a llamar así corres peligro.
-Venga, tú tan sólo inténtalo, pre-ci-o-sa.
Me hizo gruñir, porque ambos sabíamos de sobra que no podría moverlo ni dos centímetros sin cansarme si él no quería irse.
-Eres un ser despreciable.
Me evadí un segundo por eso que había dicho, y me acordé de que esas palabras las había dicho antes el abuelo para referirse a los vampiros, miré las ventanas y las puertas, los ajos que estaban allí puestos parecían haberse evaporado y por primera vez desde que entré tuve miedo, se me pasó por la cabeza que quizá fuesen vampiros, que quizá esta sería la última vez que entrase en casa del abuelo y en cualquier sitio porque moriría, a penas escuché la contestación que me dio Niall, le miré a los ojos intentando ver algo más allá. Nada. Es todo lo que tenía que esperar de alguien o, algo, sin sentimientos, hueco por dentro, a quien sólo le importaba si estabas relleno de sangre A positivo o AB negativo, miré a Cris que parecía que también creía como yo, hablamos con la mirada y me lancé a Niall intentando clavarle un madero de al lado del sillón de cuero negro pero antes de que pudiera acercarme a éste, algo con una fuerza sobrenatural me lanzó contra la pared de la otra sala, le miré a los ojos y cambiaron de azul a rojo en un instante, jamás había visto nada parecido y el pánico se apoderó de mí, aterricé en el suelo y perdí el sentido del oído, podía ver cómo Cris le gritaba (O eso me parecía) a Niall y cómo corría hacia mí, miró a la pared y se asustó, me cogió la cabeza y perdí la vista también y con la vista la consciencia.
[POV Cris]
Miré la pared en la que Nat había chocado con fuerza y había dejado un rastro de sangre, miré a Niall que también observaba la pared.
-¡Fuera!¡Aléjate!
-Yo…no quería…verás…
-¡Vete!
Le gritaba con furia y con lágrimas en los ojos, si mi hermana no se volvía a despertar perseguiría a ese chico hasta el fin de mis propios días.
-Iré fuera y llamaré a una ambulancia pero tranquilízate.
-¿Por qué sigues aquí aún?¡Llama a esa maldita ambulancia!
Salió de casa y seguí balbuceando mientras sujetaba a mi hermana entra brazos, le sujeté la cabeza y me manché de sangre, la senté como pude y vi la brecha que tenía, le separé el pelo para verla mejor y me eché las manos a la cara manchándome de sangre, me desesperaba cada vez más y apoyé a Nat en el suelo corriendo hasta el botiquín, cómo pude le puse una venda alrededor de la cabeza secándome las lágrimas con el antebrazo, me negaba a perder en una misma semana a mi abuelo y a mi hermana. Cuándo terminé de vendarle la volví a sentar sobre mi regazo, quizá tanto movimiento no era bueno para su herida pero no se me ocurría qué más hacer, la miraba y miraba al reloj, me desesperé y empecé a gritarle para intentar que me oyese.
-¡Despiértate!¡Oh, venga!¡Eres una Mellark, no te rindas tan rápido!¡Nat!
Empecé a oír la ambulancia que se acercaba y temí, temí porque dijeran “No, esta chica está muerta” y que ni se molestaran en subirla a una camilla. Le grité más fuerte.
-¡Natalia Mellark, o te despiertas o te ahogo en lágrimas!¡Por favor!
Entraron los médicos, con una camilla negra y la montaron, fui tras ellos sin obstruirles el paso y la subieron en la ambulancia, miré a Niall que parecía preocupado aunque no sabía si por la que le podía caer si sus amigos se enteraban de que había atacado sólo a una presa o por la sangre de mi cara, le preguntaron algo y se subió conmigo y con Nat a la ambulancia.
Sabía que el hospital estaba lejos porque vivíamos a las afueras pero los segundos se me hacían horas y no dejaba de apretar la mano de Nat.
-Si le sigues apretando le dejarás sin pulso.
-Ya, pero si le suelto puedo dejarte sin pulso a ti.
Rió a carcajadas y se percató de que no hubiera nadie en la cabina.
-De hecho, no me puedes dejar sin pulso, lo perdí hace tiempo.
-Ya lo dijo, ya lo tuvo que decir.
A decir verdad me gustaba estar con él, pese a que había mediomatado a mi hermana me sentía bien con él, todo lo bien que puedes estar al lado de un vampiro.
Niall llamó por teléfono y pude leer en la pantalla “Harry” así que deduje que el rizitos se llamaba así, me acordé de Dan, el mejor amigo de Nat, el que siempre decía que jamás comprendería que la gente llamase Harry a un hijo porque según él, era nombre de Donut.
El pequeño Dan Smith, él mismo que tenía más tinta en el cuerpo que en sus cuadernos de canciones.
-¿Qué pensaría Dan si te viese aquí, pequeña?-pregunté al aire, esperando una respuesta.
-Sea quién sea ese Dan pensaría que está horrible con todos esos cables encima.- dijo Niall, que ya había colgado.
-Oh, disculpa que no me ría pero prefiero no reírme a pegarte.
-Acabarás como tu hermanita.
Eso me hizo recapacitar, recordar el porqué estaba hablando con este chico y qué era.
Llegamos al hospital y dejaron a Nat en una sala llena de suero y le atendieron la brecha de la cabeza, me agradecieron lo de la venda porque de lo contrario habría perdido mucho más sangre, en ese momento me tranquilicé y me di cuenta de que me dolía al respirar, se lo dije al doctor y que me había dado un golpe en el esternón (golpe que en realidad, me había dado Niall) y antes de que me pudiese preguntar entraron por la puerta otros 4 chicos, los dos vampiros y otros que no había visto jamás.
-Eh, no, sois demasiados, tenéis que iros todos o quedaros dentro sólo uno o dos.
-Que se quede Cris, es su hermana.-Añadió Niall.
-Me temo que la señorita tiene que hacerse unas pruebas por el esternón.
La verdad ya ni me acordaba que se lo había contado al doctor y tomé una decisión rápida.
-Tú-dije señalando al chico moreno- quédate con ella y como le pongas un sólo dedo encima tienes riesgo de sufrir mucho.
No sé porqué lo elegí a él, pero recordé que los vampiros son muertos revividos, y casi todos son pálidos y la piel de este chico no era precisamente clara, además, me transmitía mucha más confianza que los otros chicos de la sala.
-Bueno, pues vamos a mirarte esa posible rotura de fibras.- dijo el doctor, que nos acompañó a todos hasta fuera, dejando solos a mi hermana con él, ni siquiera sabía su nombre y le dejaba a cargo de Nat con un agujero en la cabeza, pero ya era tarde para arreglarlo, me encontraba en la consulta del médico y los otros cuatro chicos se quedaron en la sala de espera.
Me hicieron muchas pruebas para luego confirmarme que no tenía nada.
-¿Y por qué me cuesta respirar?
-El disgusto.
Puse los ojos en blanco porque yo sabía perfectamente que algo me pasaba ahí, al verlo el Dr. Dree (o eso ponía en su placa) me puso una inyección de improvisto para que el músculo y las células se reunieran, yo, que aunque no me enteraba de demasiado en biología le dije que eso no funcionaba así, me recordó que él era el licenciado y que me quedara 20 minutos en la sala de espera por si me daba alguna reacción.
-¡Eh!¿Algo roto?
-No, Niall, gracias por el empujón.
-¡De nada, muj...!Oh.
Nos quedamos esperando hablando de todo y nada a la vez, por mucho que fuesen vampiros estos chicos eran muy majos y ojalá no me quisiesen devorar.
-Por cierto, mi nombre es Louis, que creo que ya sabes el nombre de estos tres-
-Oh, encantada, sí, tú eres Niall, tú Harry y tú Liam ¿no es así?- dije señalando uno a uno mientras lo decía.
-¡Muy bien!¿Una eme de mayor?
-¡No! Yo prefiero un pin-sajo.
Se miraron entre ellos, se veía a kilómetros que no sabían de la existencia de "The hunger games" pobre almas en pena...
-Y el tupé con patas con el que he dejado a mi hermana ¿Cómo se llama?
-Él es Zayn.
-¿Por qué os llamáis todos tan raro?¿Sois una secta?
-No, vampiros.
-¡No me metáis en el mismo saco!
-Oh, Louis, ¿tú no eres del gremio sangriento?
-No, yo no, ni quiero.
Desde este momento no me separaría de Louis, si el no era vampiro no tenía porqué hacerme daño de esa forma y siempre lo podía utilizar de escudo, con lo pequeñita que soy a poco que me ponga detrás de el ya estoy completamente defendida.
[POV Nat]
Me desperté y no sabía dónde estaba pero estaba tan cansada que no me apetecía averiguarlo, me di media vuelta y al entreabrir los ojos vi algo muy cerca, los abrí del todo y:
-¡¿Pero tú quién eres?!
Pegue un brinco en la cama y me quedé sentada como por arte de magia.
-Zayn, encantado.
-Oh vaya, todo claro entonces.
Entonces recordé todo lo que había pasado y le miré de arriba abajo con desconfianza.
-Soy...amigo de Niall, Liam y Harry.
¿Y quién ese tal Harry? me pregunté a mí misma, pero uniendo clavos pensé que sería el de los rizos.
-Tú...no serás como ellos ¿verdad?
-¿Retrasado mental?Oh no, tranquila.
Eso me hizo reír, pero estaba tan débil que sólo salió una pequeña sonrisa
-Quiero decir, vampiros.
-Ni siquiera les puedes llamar a ellos vampiro, son neófitos.
-Sí, lo he notado por diferentes fallos, pero tú...
-No, yo no, ni yo ni Louis.
Demasiada gente nueva y noticias impactantes, mi cabeza corría peligro de explotar de un momento a otro.
-Louis es...
-Ah, claro, perdona, lo conocerás ahora, se ha ido con los chicos y tu hermana.
Entonces me acabé de acordar de todo ¡Cris! y su cara de susto y su todo.
-¿Qué le pasa a mi hermana?
Antes de que respondiese me levanté de la cama, fijándome si tenía mi ropa o uno de esos horrendos batines de hospital, seguía teniendo el vestido del funeral del abuelo, intentaba salir de esa habitación pero me flojearon las piernas y caí al suelo, en ese momento entraron todos.
-¡Nat!- dijo Cris cogiendome.
Le conté como había acabado en el suelo y se tranquilizó.
Entró el Dr. Dree y nos dió el alta a ambas.
-Eh, para disculparnos por las molestias os invitamos a comer.
-No, vosotros no podéis comer otra cosa que sangre y no queremos ser la comida.
-Es lo más triste de ser esto-Añadió Niall con nostalgia.
-Pero aún quedamos dos con un hambre atroz. ¿Verdad, Zayn?
-¡Sí, venga, venid!
-Oh, está bien.
-No, nuestros padres se preocuparán.
-Para algo se inventaron los móviles.
Así que tras unos minutos de que me convecieran ya estabamos en un gran restaurante de comida rápida, Niall babeaba, Harry mostraba indiferencia, Zayn se miraba a los espejos que encontraba, Liam iba leyendonos a todos qué podíamos comer, Louis le daba una clase magistral a Cris de tubérculos y yo pensaba en todo esto que nos estaba pasando.
-Yo me quiero sentar al lado de una ventana.
-Es un día soleado.
-Lo quiero y lo quiero ahora.
Tan sólo quería devertirme un poco, sabía que en esa mesa sólo saba la luz en un sitio y que por la hora y la situación la luz iba a decrecer por segundos, no corrían peligro, me gustaba las caras que ponían.
-Pero el sol...
-¿Os hace pupa?
-¡Exacto!
-Oh, que pena, venga, sentáos.
Tenían una cara de muertos de miedo y de ira hacia mí que me hacía reír, algo de venganza no viene mal y el abuelo ya les habría fulminado así que, dentro de lo que cabe deberían estar agradecidos ¿O tendríamos que estar agradecidas nosotras porque ahora nuestra vida estaría llena de aventuras?
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¡Aquí está el capítulo dos! Espero que os guste y siento la tardanza pero no he podido escribir antes por motivos que no vienen a cuento, haha.
Por favor, comentad tanto aquí, como en el tablón de Cris como en el mío (Cris Vila Jb, Natalia Tomi Poynter) o en Twitter (@Cris_JBieber y @ThisisAtkinston)
Un beso.
Fdo: Natalia Tomi Poynter.
Me encanta, siguiente porfavor!
ResponderEliminar#aquiteneisaunaviciadadevuestranovela!
leed, mi novela porfavor, me hariais un gran favor, muchas gracias!:)Mi blog: http://becauseyouhavethatonething.blogspot.com.es/
pd:yo os sigo, seguidme de vuelta, muchas gracias(: