sábado, 24 de marzo de 2012

Capítulo 3 Amén


[POV Cris]
A decir verdad, mucha hambre no tenía, pero por no hacer el feo me decanté únicamente por unas patatas fritas y un refresco, al igual que Nat.
Liam fue el encargado de esperar la cola y de pedir la comida, así que nosotros nos sentamos a esperarle en la mesa que Nat había elegido.
Ella y yo nos sentamos juntas en el sitio donde apenas el sol incidía en la mesa mientras que ellos se sentaban en frente de nosotras, a resguardo de cualquier peligro que para ellos suponía el sol. Como delante nuestra no había sitio para todos, Zayn se sentó al lado de Nat y Louis acercó su silla a la mía, dejando para su amigo Liam, cuando este se dignara a volver, un sitio libre de rayos solares. El gesto me conmovió.
Crucé los brazos sobre el pecho y me acurruqué al lado de mi hermana. Hace unas horas estaba en el entierro del abuelo y ahora estaba en un restaurante de comida rápida con vampiros. ¡La vida te da sorpresas, oh, sí!
Los chicos se pusieron a hablar entre ellos y yo quise preguntarle a Nat qué demonios hacíamos aquí con esta gente, que por muy amables que parecieran podrían despedazarnos en cuestión de segundos si querían o algo peor. No quería ni pensarlo.
-Eh, Nat…-le susurré.-¿Qué hacemos aquí?
-Chsst-me dijo ella-Recuerda que pueden oírnos.
Ah, se me había olvidado que tenían un oído muy superior al nuestro. No podríamos hablar seguras hasta no estar en casa, si es que llegábamos con vida.
Ambas intercambiamos una mirada y yo asentí, diciéndola que la había entendido.
Sentí entonces unos ojos que me taladraban y busqué quién me miraba así. Al encontrarse mis ojos con los de Harry, que me miraba fijamente y con una expresión que no supe descifrar, un escalofrío involuntario me recorrió entera. Algo ahí no iba bien.
Niall se dio cuenta del contacto visual que Harry y yo manteníamos y le dio un codazo a este último.
-Eh, es posible que Liam necesite ayuda con las bandejas.
Entonces, Harry dejó de mirarme y yo suspiré, como si me hubieran quitado un enorme peso de encima.
-¿Y qué? Ve tú o que vayan alguno de los otros dos-dijo, apuntando con la barbilla a sus amigos.
-No, ve tú.
Los dos se miraron un momento a los ojos y después Harry se levantó.
-Vale, ya voy yo.-dijo secamente.
Me alegré interiormente de que ya no se encontrara en la mesa, ya que había algo en él que no me gustaba. Y no eran precisamente los rizos.
-Bueno-dijo Louis, poniendo las manos en la mesa-¿Y qué nos contáis?
Nat y yo nos miramos, confundidas. ¿Acaso esperaba que le rebeláramos a una horda de vampiros algún dato relevante de nuestra vida? No, gracias.
-¿Y qué nos cuentas tú?-le respondió Nat, que había llegado a la misma conclusión que yo y contraatacó con la única manera inteligente posible, otra pregunta.
Louis miró a Zayn y a Niall y sonrió.
-Oh, vamos-dijo Zayn, con una nota de fastidio en la voz-No pensaréis que queremos haceros daño.
-No sabría yo qué decirte-dijo Nat, mirando a Niall.
-Eh, ya te dije antes que lo sentía y que no quise hacerlo. Me descontrolé, ¿vale?
-Oh, claro, pobre neófito descontrolado.-dijo sarcásticamente.
Yo miré a Louis y a Zayn en busca de ayuda, porque me veía otra pelea como la que había ocurrido en casa del abuelo, y en ella, casi acabo sin hermana.
-Eh…-dije yo-Pues nos gusta la música, los días soleados, molestar a nuestro hermano y, sobre todo, los vampiros.
Los tres chicos se echaron a reír. Bueno, al menos había conseguido mi propósito, que era relajar el ambiente y evitar que mi hermana acabara con otro agujero en la cabeza cuya procedencia luego no podría explicar a nuestros padres.
-Así que…Os gustan los vampiros, ¿no?-preguntó Zayn.
-Sí-respondí, mirando hacia el suelo.
-Normal, siendo nietas de quien sois…
-¿Qué quieres decir con eso, Niall?-le preguntó Nat.-¿De qué conocías al abuelo?
Este sonrió, se encogió de hombros y se recostó en la silla.
-Era vuestro abuelo, vosotras sabréis.
-Oye mira Niall, yo no sé si eres tonto o…
-Tss, Nat, relájate-la dije.
No quería que terminara herida otra vez.
Por una vez, me alegré de ver a Harry, que traía, ayudando a Liam, una bandeja.
-¡Comida!-dijo Louis, lanzándose a quitarle la bandeja a Harry, quién le bufó.
-Tú bufa lo que quieras, minino, pero yo tengo hambre-dijo, quitándole la bandeja y sentándose de nuevo-Toma-dijo, dándome la parte que me correspondía-Esto es tuyo.
-Gracias.
Cuando empezamos a comer, fue raro.
Liam, Niall y Harry nos miraban fijamente a los cuatro, con los brazos cruzados y sin mediar palabra.
Niall miraba con pena cada patata que nos llevábamos a la boca y deduje que, en el pasado, cuando podía comer, había sido un pozo sin fondo. ¿Lo seguiría siendo ahora, que su dieta había cambiado?
Harry, por su parte, me miraba fijamente. Su mirada me cohibía y no sabía dónde meterme, así que miraba las patatas que me comía, sintiéndome como una de ellas, sin saber muy bien por qué.
Finalmente, la curiosidad me pudo y pregunté.
-¿Cuánto tiempo lleváis siendo… lo que sois?
Todos me miraron e, incluso Nat y Zayn, que había comenzado una conversación, se giraron para mirarme.
-Tiempo-dijo Harry, después de unos segundos en silencio.
-¿Puedes ser más explícito?-le pedí, con voz insegura.
-Puedo.
Y ahí se quedó la cosa.
Decidí intentarlo con otra pregunta.
-Y…¿por qué vosotros sí… y ellos no?-dije, mirando a Louis y Zayn.
-¿Y cómo estás tan preguntona?-me preguntó Niall.
-Eh, ya vale Niall.-le dijo Liam, reprochándole-Es normal que quieran saber.
-Contra menos sepan, mejor será para ellas.
Fruncí el ceño.
No me gustaba que eligieran lo que era bueno para mí o lo que no lo era.
-Aquí estamos perdiendo el tiempo, Cris-dijo Nat-Vámonos.
-Sí.
E hicimos ademán de levantarnos.
Rápidos ellos se levantaron también y nos intentaron hacer sentar de nuevo.
-Eh, no venga, Niall estaba de broma.
-Sí, os contaremos lo que sepamos y esté dentro de nuestras posibilidades.
-¿De verdad?-preguntamos las dos, sin creérnoslo mucho.
-Claro, pero no os vayáis.
Aprovechando el ruido de las sillas al desplazarse para sentarnos, Nat y yo intercambiamos unas rápidas palabras.
-Podría ser una trampa.
-Lo sé-le dije.
Nos sentamos todos y volvimos a un estado de calma muy parecido al de antes cuando estábamos comiendo.
Nat y yo les miramos fijamente, ahora era nuestro turno.
-Hablad.-les ordenamos.
Ellos miraron a su alrededor.
-Como supongo que comprenderéis, este no es el lugar para ponernos a hablar de… eso.-dijo Niall.
-¿Y entonces dónde?-le preguntó Nat.
-A la cueva no podemos volver-dijo Zayn, dejando de mirarnos y volviéndose hacia sus amigos-Con lo que llovido hoy, estará toda inundada.
-Y además, se me clavaron las estalagmitas en la espalda, ¡qué dolor!-dijo Louis.
Nat y yo nos miramos.
-¿Qué han estado en una cueva?-pregunté.
-Eso parece.
-¡Pues ya me dirás adónde vamos entonces!-dijo Harry-Ese sitio era perfecto.
-¿En el bosque, quizás?-sugirió Liam.
-No-declinó Niall-A poco que nos busque ahí, nos encontrará.
-Tienes razón. El bosque queda descartado.-dijo Zayn.
-¿Alguien los está buscando?-me susurró Nat.
Ambas escuchábamos muy interesadas la conversación de los chicos.
-Parece que sí, pero… ¿quién y para qué?-la respondí.
Nos encogimos las dos de hombros.
-Y entonces… ¿dónde?-preguntó Louis.
-¿Y si les decimos que se queden en casa del abuelo?-sugerí.
Nat se lo pensó.
-Sí, así al menos, podríamos saber dónde están y, si queremos, podemos encerrarlos, en el peor de los casos.
Asentí.
-Piensas igual que yo, hermanita. ¿Se lo dices tú o yo?
Yo sabía que ella no se cortaba un pelo, al contrario que yo.
-Venga, yo.-dijo-Eh, chicos-Ellos dejaron de discutir la sugerencia de Zayn de irse al Polo Norte y la prestaron atención-Hemos escuchado que estáis buscando un sitio donde quedaros, bueno, pues si queréis, podéis instalaros en la casa del abuelo.
Se quedaron mirando unos minutos a Nat sin decir nada, me miraron a mí que asentí y después se pusieron a hablar entre ellos.
-Podría servir…Y no tenemos un lugar mejor.
-Y así podríamos buscarlo.
-No me parece mal.
-¡Y no tiene estalagmitas que se me claven en la espalda!
Después de una larga deliberación de tres minutos, Niall nos dio su veredicto.
-Aceptamos su oferta. Sois muy amables, después de todo lo que ha pasado…Bueno… ya me entendéis.
Nosotras nos encogimos de hombros.
-Después de todo, nos debéis unas respuestas-dije.
-Sí, a ver si os pensabais que os ibais a librar.
Esperamos en el restaurante hasta que el sol se ocultó y volvimos a casa del abuelo. Nos llevó un rato bastante largo volver a la casa, en parte porque como antes había dicho estaba alejada de la civilización en la linde del bosque y porque con los tacones retrasaba al grupo.
-¡Más rápido!-me apremiaban.
-¡No puedo!-me quejaba, verdaderamente frustrada por no poder ir a su ritmo.-¡Ir vosotros y ya llegaré yo un día de estos!
Louis retrocedió y se puso a mi altura.
-Quítate los zapatos.
-¿Y voy descalza o qué?-protesté.
-No, yo te llevaré.
-¿Qué? ¿No sería mejor que…me llevaran ellos?-dije, señalando a los tres vampiros que tenía por amigos.
Después de todo, aunque Louis estaba fuerte, ellos lo eran bastante más.
Louis rió.
-Si hombre y que se lleven ellos la gloria. Uno ya se cansa de que ellos hagan todo. Vamos-dijo, dándome la espalda-Sube.
Obediente de mí, me quité los zapatos y los metí como buenamente pude en el bolso, di gracias por haberlo cogido al final.
-¿Estás seguro de esto? ¿No te dolía la espalda por no sé que de unas estalagmitas?
Louis rió.
-Sí, venga. Sin problemas.
Haciéndole caso, me subí a su espalda, le agarré la cintura con las piernas y le pasé los brazos por el cuello.
-Pues allá vamos-dijo.
Llegó hasta donde estaban los demás.
-Venga, ya podemos continuar.
Una vez que solucionamos mi problema, fuimos bastante más rápido. Vaya, yo no sabía que era tan lenta.
Notaba los ojos de Harry posados en mí, pero yo iba hablando con Nat y le ignoraba.
Cuando llegamos a la casa del abuelo, Nat abrió la puerta que misteriosamente nos habíamos olvidado de cerrar cuando salimos pitando en la ambulancia y entramos.
Louis me dejó caer en el sillón.
-Gracias por llevarme.-le dije, aunque sabía que no lo había hecho por mí, sino por el retraso que yo suponía para sus amigos.
-No tiene importancia-dijo, sonriendo.
-¡Bueno!-dijo Niall, dando una palmada y mirando a su alrededor-Pues parece que este va a ser nuestro nuevo hogar. Al menos, durante unos días.
-¿Por qué?-le preguntó Nat.
Su tono de voz volvía a ser el de siempre, así que supuse que, por el momento, no habría más peleas.
Los chicos se miraron.
-Mirad…Queremos contaros cosas, de verdad-dijo Liam-Pero Niall antes tenía razón. Hay cosas que, contra menos sepáis, mejor para vosotras. Es por vuestro propio bien.
-Pero…
-Bueno, puede que ahora no se lo contemos…pero, ¿y dentro de un tiempo? A lo mejor, cuando él se canse… Ya no corramos peligro-dijo Louis.
Ellos lo pensaron.
-A mí me parece bien-dijo Harry.
Nat y yo nos miramos.
Desde luego, enterarse dentro de un tiempo era mejor que no enterarse nunca.
-Vale, está bien.
-Sí.
Nos quedamos hasta que los chicos se familiarizaron con la casa. Bueno, especialmente Louis y Zayn, a los cuales les enseñamos dónde estaba el baño y las habitaciones. Les recomendamos la que usábamos Nat y yo cuando éramos crías y nos quedábamos con el abuelo cuando nuestros padres se ausentaban por largos períodos de tiempo. La habitación tenía dos camas bajas y millones de dibujos nuestros de “vampiros”, pegados a las paredes.
-Creo que esta os servirá a vosotros dos-dije-Como los demás no necesitan…
-Sí, ya te entiendo-dijo Louis.
Nos despedimos pues, en la puerta.
Les pedimos que cuidaran de la casa y no hicieran el cabra en ella.
Nos prometieron que serían buenos.
-¿No queréis que os acompañemos a casa?-sugirió Zayn.
-Eso, ¿no necesitas que te lleve de nuevo?-me preguntó Louis.
-Oh, no. No os preocupéis, de verdad.-dije yo.
-Hemos hecho este camino millones de veces, tanto por la mañana como por la noche-dijo Nat-Ya es como uno de los pasillos de nuestra casa.
-Bien, entonces.
Nos despedimos de ellos y Nat y yo nos fuimos.
Camino a casa, fuimos comentando lo raro que había sido el día.
-Se los cuentas a los demás y no se lo creen-dije, refiriéndome a nuestros amigos.
-No me lo creo ni yo y eso que lo he vivido.
-Sí…¿Qué tal tu cabeza?
-Bien, ¿y tú esternón?
-Bueno… Mejor, aunque aún me duele un poco al respirar. Quizá se me quede dolorido un par de días.
-Hum.
Al llegar a casa, ya teníamos una perfecta coartada.
-¿Y cómo decís que se hizo eso Nat en la cabeza?
-Ya te lo hemos dicho, papá. Estábamos andando por el bosque, tropecé con una raíz que sobresalía del suelo y, al caer, me di en la cabeza con una piedra. Fue un accidente.-le dijo esta.
-Y, después de eso, os vais a comer por ahí.
-Sí, necesitábamos tiempo para nosotras.
Papá se encogió de hombros.
-Está bien.
Subimos a nuestro cuarto y, al pasar por la puerta del cuarto de Drew, la puerta se abrió y apareció Drew por ella.
-¡Eh! Ya os daba por perdidas.
-Pues ya ves que no.
-Mala suerte-le dije yo.
-Pues sí…¡Eh! Oleís…Raro.
-¿Cómo de raro?
-Como a… No sé, raro. No oléis como siempre. ¿Dónde habéis estado?
-Pues en el mismo sitio que tú, Drew. De ahí, no podemos salir oliendo bien.
-Ah, sí. Puede ser-dijo Drew, dándome la razón.
Después, se cerró la puerta.
Entramos en nuestra habitación y me dejé caer sobre la cama.
-Uff. Que día, el nuestro-dije.
-Ya ves.
Una vez que nos hubimos puesto los pijamas, nos pusimos a hablar en la cama.
-Bueno…¿qué opinas sobre ellos?-le pregunté a mi hermana.
-Quitando al rubio… Al cual, no quiero volver a ver en mi vida, los demás parecen… No sé.
-¿Qué? ¿Por qué?
Ella se encogió de hombros y se señaló la cabeza.
-¿Te parece esto razón suficiente?
-Bueno, sí, pero… Se descontroló. Es un neófito. Por eso pregunté cuánto tiempo llevan transformados, pero no lo dijeron.
-Ahí está, si se descontroló hoy, ¿por qué no mañana? ¿Y si mañana me mata de verdad?
-No dejaremos que eso ocurra.
Ello cerró los ojos y negó con la cabeza.
-Bueno, da igual, ¿y tú? ¿Qué opinas de ellos?
-Bueno, yo… Niall ni me va ni me viene, Liam es majo a su manera, al igual que Zayn y Louis me cae bastante bien.
-Eso es porque te ha llevado a caballito, ¿eh, eh?-dijo ella, sonriéndome y dándome con el codo.
Yo reí.
-Ay, para, haha… Pero Harry… No sé, tiene algo que no me gusta.
-A mí tampoco. Cuando entramos por primera vez en casa del abuelo, te miró como si… Si fueras comida.
-Bueno, a sus ojos, soy comida, ¿no? Y no paró de mirarse así durante todo el rato que estuvimos en el restaurante. Incluso cuando Louis me llevaba, sentí su mirada clavada en mí.
Ambas intercambiamos una mirada.
-¿No pensarás…?-comenzó ella.
-¿…qué quiere comerme?-terminé yo.
-Vale, tenemos suficientes razones para no querer acercarnos nunca más a esos tipos. Un bestia y un glotón.
-Pero, ¿qué pasa con Louis y Zayn? Ellos no quieren agredirnos ni comernos. Si estamos con ellos, quizá los dos se controlen. Y además, tenemos a Liam. Si las cosas se ponen feas, creo que a él no le gustaría que saliéramos heridas…¿No?
-No sé, Cris.-Nat se llevó una mano a la cabeza-Ah, me va a estallar. Demasiadas cosas hoy. Durmamos y mañana veremos qué hacemos.
-Vale, está bien.
A la mañana siguiente, decidimos que volveríamos a verlos. En parte para llevarle algo de desayuno a Zayn y a Louis y en parte porque aún teníamos preguntas sin respuesta.
Mientras yo distraía a mamá, Nat aprovechó para meter algo de comer en una mochila y después nos inventamos la excusa de que nos íbamos a dar una vuelta por el bosque. Nadie sospechó de nosotras, ya que era algo que solíamos hacer con bastante frecuencia. Aunque después comíamos en casa del abuelo, hoy no podríamos hacer eso, pero nos dirigimos hacia allí de todas maneras.
Al salir a la calle, me di cuenta de que era un día bastante soleado.
Oh,oh. Sabía de tres personas que hoy no podrían salir a la calle.
Tocamos a la puerta para que no se sobresaltaran al oírnos entrar de repente, aunque seguramente ya supieran que estábamos allí porque veníamos hablando y nos habrían oído.
-¡Somos nosotras!-exclamamos, al entrar.
-¡Hola!-dijo Zayn, apareciendo por ahí.-¿Cómo vosotras por aquí?
Por toda respuesta, Nat le pasó la mochila y él la abrió.
-Traemos provisiones-dijo.
-¡Oh, muchas gracias! Vamos, pero no os quedéis aquí, pasar.
Pasamos al salón, donde estaban Niall y Liam, tumbados cada uno en un sillón, mirando la tele del abuelo y en una esquina, al lado de una ventana con la persiana bajada, Harry.
-Buenos días-dijimos, a modo de saludo.
-¡Hola!
-¡Eh, Louis! ¡Mira lo que nos han traído!-dijo Zayn, que fue en busca de Louis.
Momentos después escuchamos una exclamación, seguida de un grito ahogado y los dos aparecieron abrazando la mochila.
-¡Muchas gracias!
-Ya ves tú-dije yo, moviendo una mano, quitándole importancia.
Mientras Louis y Zayn desayunaban en la cocina, Nat y yo nos sentamos en el sillón que había estado ocupando Liam pero que nos dejó y este se tiró encima de Niall.
Harry no se movió de su esquinita.
Nos cansamos del silencio, roto únicamente por la tele del abuelo.
-Bueno, ¿qué os pasa?-preguntó Nat.
-No podemos salir.-le dijo Liam.
-¿Y?
-Tenemos hambre.
-Oh, vaya.
-Y… ¿qué tal lo lleváis?-pregunté.
-Como podemos-me respondió Niall.
-Queréis…¿queréis que nos vayamos?
Liam y Niall se miraron y se echaron a reír.
-Oh, no, claro que no.
-No vamos a haceros nada.
-No sería la primera vez que no comemos en un día.
-Sí, resistiremos. Como podamos.
Louis y Zayn hicieron entonces una aparición.
-Ahí dentro hay comida para un regimiento.-observó uno de los dos.
-¡Ah! Parte de esa comida es para vosotros y otro parte es para comer. Nos olvidamos de decir que nos quedamos a comer.-dijo Nat.
-¡Ah, fantástico!-dijo Louis, dando una palmada-Echaba de menos alguna relación social que no incluyera a alguna de estas cuatro personas.
Conforme avanzaba la mañana y, con ella, la tarde, los tres vampiros se ponían más nerviosos. Liam era el que mejor lo llevaba, pero Niall avanzaba de un lado para otro de la casa, bufando a todo lo que se le acercaba y Harry me miraba más fijamente que nunca.
Nat se dio cuenta de esto último y sugirió que quizá debiéramos irnos.
-No porque temamos por nosotras, si no porque hagan algo de lo que luego se arrepientan.-dijo.
A Zayn y a Louis les pareció bien y resolvimos que nos veríamos a la mañana siguiente y les traeríamos algo más de desayunar.
-Es que me han gustado esas magdalenas-dijo Louis, encogiéndose de hombros.
Nos levantamos del sillón para irnos cuando tanto Liam como Niall y Harry bufaron y se pusieron en posición de ataque. Sabía que era esa posición porque era igual a la de las ilustraciones de varios libros que había leído y porque era exactamente igual a la que el abuelo describía.
-Pero, ¿qué…?-dije.
Entonces, la puerta se abrió.
Pero, ¿cómo podía ser? ¿Quién más tenía la llave?
Se me cayó el alma a los pies cuando vi aparecer al cura.
-¿Qué?-dijo este, con voz de sorpresa.
En ese momento, oí el gruñido más terrorífico que había oído en la vida y se me pusieron todos los pelos de punta.
Parpadeé y Harry, Niall y Liam se tiraron sobre el cura.
-¡No!-exclamamos Nat y yo, haciéndonos una idea de lo que podía pasar.
Hicimos ademán de avanzar hacia ellos y detenerlos antes de que le hicieran daño, pero tanto Zayn como Louis nos sujetaron.
-No miréis-nos aconsejaron.
Pero, ¿cómo no mirar cuándo oía esos gritos y esos golpes? Me libré de la mano de Louis que me tapaba los ojos y eché un vistazo.
El cura había sacado un crucifijo, que extendía ante los tres. Rebuscó en su bata y sacó una botellita llena de, lo que supuse sería agua bendita y la abrió con los dientes.
-In nomine pater!-exclamó en latín, mientras echaba un chorro de esa agua hacia Niall, que lo esquivó y le propinó al cura un golpe en el brazo, haciendo que se le cayera la cruz.
Este, sin mostrarse asustado, recogió del suelo la estaca que antes Nat había tenido sujeta, pero Harry se lanzó contra él y ambos rodaron por el suelo. El cura gritó y pataleó y Niall y Liam se tiraron también sobre él. Al rato, dejó de patalear y, finalmente, de chillar. No volvió a levantarse del suelo.
La batalla había acabado y el cura había perdido.
Al sentir que aquello había finalizado, Louis y Zayn aflojaron un poco el agarre al que nos tenían sometidas, pero no terminaron de soltarnos.
Yo aún tenía aferrada la mano de Louis que me había quitado de los ojos y, de la presión que le estaba ejerciendo, se le estaba poniendo blanca.
Entonces, los tres chicos se levantaron del cuerpo sin vida del cura.
Nadie hacía ningún sonido.
Miré hacia el cura y ahogué un grito al verlo, totalmente cubierto de sangre.
Al escucharme, los tres chicos se dieron la vuelta y se nos quedaron mirando a Nat y a mí fijamente. De nosotras, pasaron a Louis y a Zayn.
Harry ladeó la cabeza y entonces se relamió.
Entonces le vi los colmillos.
Grandes, largos, puntiagudos, afilados y ahora, manchados de la sangre del cura.
Y los tres avanzaron un paso.
Louis me puso tras su espalda, igual que Zayn hizo con mi hermana.
-Eh, eh. Chicos, somos nosotros.-dijo Louis, intentando que los tres entraran en razón.
-Eh, vamos. Somos nosotros, chicos.
Nat y yo gritamos a la vez cuando vimos que tanto Niall como Harry se abalanzaban contra Louis y Zayn y al ver que Liam se dirigía de un salto hacia nosotras.
Era el fin.
Amén.

¡Bueno, querid@s lectores de esta vampírica novela! Os habla @Cris_Jbieber, quien ha escrito este capítulo. Espero, de todo corazón que os guste y siento la tardanza en subir. El próximo capítulo vendrá de la mano de Nat. Besitos a todos.

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